La imperecedera sonrisa acaricia mi flanco,
y de revés alcanzo a vislumbrar tan maravillosa mueca,
más cuando enfrento a mi observador,
la mueca que ansío elude mis intentos de enfrentar su blanco.
Cálida y pálida es la luz de una sonrisa oculta,
lúgubre y potente el escape de la misma,
podrás acariciar de soslayo a quien amas,
pero tu ser no podrá esquivar las arremetidas tu verdad.
Sonreirás por toda una era como luz de Luna,
solo el hermoso reflejo de una luz mayor,
pero el manto nocturno no es eterno,
y pronto la verdadera luz que trae vida amanecerá delante de mis ojos.
Fco.